miércoles, 4 de febrero de 2009

Cuando los recuerdos se borran. Memorias de La Verneda. Capítulo 1

Estoy en plena fase nostálgica de mi vida. Creo que son los 39 años que asoman por mi carné y que me arrollarán en mayo. El caso es que últimamente me acuerdo mucho de mis abuelos fallecidos, de cosas del pasado y de otras cuestiones que, aún estando presentes, nunca habían sido un asunto principal. Nací en 1970, en Barcelona, ciudad de la que me vine en mayo de 1983 a Andalucía, primero a Jaén, con paso fugaz por Almería, y luego a Granada, en 1989, hace 20 años. Por tanto, he estado más tiempo fuera de Barcelona que en ella. Sin embargo esos años fueron cruciales en mi vida ya que supusieron lo más importante en la vida de un ser humano: la infancia. Pero he comprobado cómo los recuerdos de la infancia, que de por sí son complicados de arraigar en el cerebro por varios motivos como el tiempo transcurrido o lo distinto que se ven las cosas con esa edad, se van perdiendo si no los ejercitas, incluso los que quedan pueden ir distorsionándose. Es por ello que me esfuerzo enormemente en no perder los recuerdos de mi barrio de Barcelona, La Verneda. Estos días he descubierto en Google Earth, a través de la herramienta Street View, fotos actualizadas de mi barrio, de mi calle, de mi portal, del parque donde jugaba, de mi colegio, de su patio y de las calles aledañas. he de señalar que está todo tal y como lo recordaba, que he trabajado bien la memoria pero que volver a ver las imágenes, sin tener que esforzar la mente me ha supuesto varios días lacrimógenos. Igualmente, he encontrado alguna compañera de clase, he visto vídeos de mi colegio, he contactado con gente del barrio en Facebook y esos recuerdos que se perdían para siempre han vuelto a reverdecer, han aflorado en mi cerebro y me han devuelto algo de vida. Sucesos que estaban difusos en mi memoria han aparecido con enorme claridad. No quiero que se vuelvan a perder así que voy a ir escribiéndolos aquí con la idea de volver a leeerlo una y otra vez, con la idea de que si alguien puede aportar datos o dejar su comentario enriquezca este ejercicio de memoria, con la idea de que cuando falte de este mundo, mis hijos, Paula y Jorge, sepan algo de lo que su padre casi no habla: que es de Barcelona, de la Verneda y que allí fue felíz y que no habla más de ello por que le entristece.
Hace 25 años que me vine de La Verneda y no he vuelto a ir. Es de vital importancia para mí recordar las Calles Concilio de Trento, Guipúzcoa, Fluviá, Huelva, Selva de Mar o Menorca. Lo es recordar el colegio Emilia Pardo Bazán, ahora Bac de Roda, y los días allí. Es curioso pero al no poder encontrarme con amigos de clase no he participado de conversaciones esas de: "te acuerdas de cuando ...., te acuerdas del...., te acuerdas de la profesora aquella...." que sin embargo sí tengo del Instituto, de la Facultad, de los distintos trabajos que he tenido. Esas conversaciones refrescan la memoria y como no las he tenido de mi infancia, por que me fui de La Verneda para no volver, mis recuerdos del colegio se borran cada día más. Aún recuerdo cómo pensaba en clase de 8º de E.G.B. en Jaén en mis amigos de La Verneda, como recitaba de memoria la lista de clase, esa lista que apenas había variado en siete años, incluso recuerdo haberla escrito a mano en clase. Sin embargo ahora ni lista, ni recuerdos, ni nombres ni mucho menos las caras, tan solo unos cuantos nombres y apellidos sueltos y alguna anécdota. Voy a empezar a escribir aquí esos recuerdos con tal de que no se borren y se pierdan para siempre. el primero es el último día que estuve en Barcelona.
Era un día alegre, 20 de mayo de 1983. Desde que tengo uso de razón mi madre sólo había tenido una idea en mente, volver a Granada. Cuando emigras a un sitio fuera de tu tierra por necesidad te haces a la idea de que no volverás en mucho tiempo, incluso puede que no vuelvas nunca. Pero cuando te vas destinado por necesidades de tu trabajo siempre tienes la esperanza de volver, cuanto más pronto mejor. En el caso de mis padres pasaron 14 años allí. Por eso era un día feliz, todos queríamos irnos a Granada, incluso nosotros. Pero lo cierto es que no volvíamos a Granada, nos trasladábamos a Jaén, que está a 100 kilómetros de Granada y donde apenas teníamos familia, mi tío Pepe y unos primos que vivían en la otra punta de la ciudad, si se le puede llamar ciudad a Jaén. Ese día 20 de mayo recuerdo que estuvimos metiendo cosas en el camión de la mudanza toda la mañana, que nos ayudaron mis primos Manolo e Irene, que al despedirnos de ellos en Concilio de Trento, lloramos mucho, que mi madre miró el bloque y casi ya no quería irse. El día antes, viernes, fui al cole por última vez. Me hicieron una especie de dispensa y me examinaron antes de irme todos los profesores. Recuerdo perfectamente el examen de catalán, oral y a todas luces innecesario ya que me iba a Andalucía. Ese día pasaron muchas cosas, por ejemplo que en el patio, donde ahora parece que hay una escuela infantil, me dieron un balonazo en la cabeza y me dejaron sin sentido por un momento, recuerdo que ese día me senté al final de clase y que no paraba de mirar a mis compañeros y compañeras, como si supiera que nos lo vería nunca más. Cómo me gustaban Silvia Vidorreta y Mari Ángeles Oliva. Ese día jugué con Peña y Martínez, los dos empollones, con Juan Carlos Medina y con Pedrola. Al salir de clase hice unas fotos de la que sólo me queda una. En ella se ven Raúl, al que decíamos 'pescailla', Mario, que jugaba muy bien al fútbol, Domingo Fuentes que era un cachondo y tenía gracia como nadie, en la foto sale junto a la seño de Catalán poniéndole cuernos, y Pedrola. Mi mejor amigo, Jaime del Prado Garifo, no sale, él se iba rápido a casa. De ese último día de colegio recuerdo que, sentado al final de la clase, una clase muy iluminada por detrás y oscura en la pizarra, con un techo de dos alturas, creo, me regaño el profesor de Lengua Española por que, conmocionado por el balonazo, apenas pude responder a sus preguntas, el pobre hombre, cuando los compañeros le dijeron lo que había pasado se escusó y dijo: "de todas maneras ya no sirve para nada lo que hagamos hoy ¿verdad Emili? Por que yo era el Emili. Más tarde, ya en casa, la madre de Jaime le dejó ir a despedirse y Jaime vino a casa, subió los 13 pisos y me encontró ayudando a embalar cosas. Me dejaron bajar a la calle Concilio de Trento y allí jugamos a las canicas un buen rato hasta que el débil silbido de mi padre me advertía de que era hora de volver a casa. Así transcurrieron mis últimas 24 horas en Barcelona, entre el 19 de mayo de 1983 y el 20 de mayo de ese año. Quién me iba a decir que un 19 de mayo, el día que fui por última vez al cole en Barcelona, el día que me dieron un balonazo, el día que hice esa foto, 18 años después, nacería mi hija Paula, también un 19 de mayo. Recordando me he dado cuenta de lo curioso de esa casualidad. Por eso es bueno recordar.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Pues no se si esto te llegará a ti. Conocí a Silvia era compañera de clase suya. De los recuerdos más bonitos de mi infancia vienen de allí. Ojala pudiera volvernos a ver saber de vosotros...ver a Silvia a Vicky y a tantos/as!!!! Un abrazo inmenso . Pilar

Francisco Extremera dijo...

Hola, yo soy del 73, i estudié en el colegio, no iria al mismo curso que tú, pero tuvimos que coincidir por lo menos unos 5 años en el colegio, la persona que más he reconocido de la foto es a la profesora rubia del centro superior de la foto, era la profesora de lenguaje alias "La bruja", tengo grandísimos recuerdos de esa época.

Yo ahora vivo en Badalona, pero voy mucho por el barrio, y sigo teniendo a mis mejores amigos allí, pero es increible cómo pasa el tiempo, hablamos de hace ya 40 años y ya estamos camino de los 50, pero sí, era y sigue siendo un barrio genial, y además precioso como pocos.

Un fuerte abrazo.