sábado, 7 de febrero de 2009

La foto de clase en la que falto yo y la anécdota que quería Sergi que colgara


Sergi, me fui a la cama anoche, tras escribir un montón y mal, pensando en ¿qué anécdota le he contado a Sergi y que él me ha dicho que escriba aquí? Bueno, pues me ha venido ahora a la cabeza. Pensando en Silvia y en qué colgar aquí para que sonría. Así que esto va por vosotros.


En clase teníamos un especimen humano que se salía de lo normal, era, podríamos decir, una persona extraordinaria. Era un tipo agudo, ingenioso, con gracia, mucha gracia, buen contador de historias y, que me perdone si lee esto, muy amanerado. Cada vez lo era más. Sin embargo, a pesar de lo crueles que éramos de niños, nunca nos metíamos con él y era por que era simpático. Este tipo era Juan Antonio Fuentes. Resulta, me dicen Imma y Silvia, que fue cantante de Locomía. Flipaba cuando me lo dijeron pero pensándolo fríamente, je je, le iba como anillo al dedo. De Juan Antonio tengo una imagen imborrable. ¿Quién se acuerda?


En cuarto se jubiló la señorita Carmen Buisán, nuestra Senyoreta Carmen. Era casi una abuela para nosotros por la edad, pero por comportamiento era una tieta de estas de pueblo severas y arrugadas con moño ¡Tenía una mala hostia! El caso es que durante cuatro años estuvimos subyugados a una educación estricta por parte de una señora que, imagino, dio clase durante unos 45 años más o menos por lo que, calculo, comenzó a impartir docencia sobre los años 30 ó 40. Imaginad en qué manos estábamos ¡Mare de Deu! -expresión muy típica en mi casa tanto que hasta mi mujer, granadina ella, la suelta así, en catalán-.


La pobre Carmen se jubila y nos traen a una señorita de suplencia para acabar el curso. Ella se hizo cargo de la quinta evaluación. Tenía un nombre rarísimo, Visitación o algo así. Recuerdo que vaciando los cajones de la Buisán, que en Gloria esté, se le ocurrió repartir entre los niños lo que hallaba. Para eso estableció una especie de concurso a base de preguntas y respuestas. A mi me tocaron unas tijeras de marca 'La Palmera' con un lazo azul que aún conservo. Soy muy fetichista para mis recuerdos y cosas. Mi mujer a esto le llama 'Síndrome de Diógenes'. El caso es que la seño nueva no era tan estricta como la Carmen y, claro, nosotros nos aprovechamos unos meses. A la pobre se lo hacíamos pasar mal. ¿No os acordáis? Pero si alguien disfrutó de esa circunstancia fue Fuentes. Juan Antonio encontró vía libre a su personalidad, a su locuacidad y gracejo.


Un día, hastiada de la tarde de perros que le estábamos dando, seguro que sería ya casi en verano con lo que estaría hasta con ganas de una siestecita, la seño se fue de clase con alguna escusa y como tenía por costumbre puso al frente a un compañero. Esta tarde que yo recuerdo fue Fuentes el jefe de la clase por un rato. La costumbre era apuntar en la pizarra el nombre del que hablara o se portara mal. Bien mirado era una esquirolada, una auténtica traición y una chivatada tremenda. Fuentes se lo tomó muy en serio y comenzó a apuntar nombres. Uno de los primeros en salir al encerado fue el mío, le siguieron Postigo, Ibáñez Cuenca, Armengol, niñas no recuerdo, y alguno que otro más. Fuentes no podía con nosotros y a los nombres se le iban uniendo cada vez más cruces. Cuando vio que las medidas disuasorias no servían Fuentes aplicó el dicho de 'cuando no puedes con tu enemigo, únete a él' y Juan Antonio Fuentes nos deparó toda una suerte de bailes, chistes y chascarrillos. Como si fuera un invitado al club de la comedia Fuentes estaba frente a nosotros, imitando a la profesora, a nosotros mismos, haciendo chistes. Recuerdo que las caracajadas se oían en todo el ancho vestíbulo que compartíamos con otras clases. De una de ellas, la que había junto a las escaleras, salió Don Abilio y nos echó una bronca tremenda. Entonces callamos, pero para siempre quedaron las carcajadas que el Fuentes arrancó de todos nosotros. Allí retumbarán aún.


Por cierto, para cerrar el post: ¿os acordáis de la leyenda de la mano negra cuando entrábamos a los baños? ¿del olor de la comida de la cocina?. Y para acabar: esta foto que me manda Silvia Vidorreta, la cual pronto aparecerá por este blog. ¿De quién os acordáis? ¿Quién falta aparte de mí? Pinchad en ella y la veréis en grande. Esto me divierte mucho y es como un Gran Brain Training pero sin tener que comprar la Nintendo. Por si acaso Paula ya la tiene, ja ja ja.

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